Día 9: Navegación Todo Glaciares

Hoy iba a ser otro día de los buenos, pero también llevaba su madrugón. A las 5’30 sonaba el despertador, tras las duchas y el agradable desayuno, puntuales a las 7 estábamos preparados para que nos recogieran, pero tardaron casi media hora más. La guía era bastante desagradable, ni se disculpó, dijo que era así, que era una ruta y que iban a varios sitios; aunque en el bus solo había una pareja más.

El trayecto hasta el embarcadero Punta Bandera fue de casi hora y media, al llegar, allí mismo hay que comprar las entradas del Parque Nacional del segundo día (ayer cuando nos dieron las del primer día, también nos dieron el dinero porque los teníamos incluido en el viaje); la entrada del primer día son 4.000 $ (cerca de 14 €) y la del segundo día 2.000 $ (cerca de 7 €). En unos pocos minutos ya teníamos las entradas y ya nos fuimos al embarque.

A las 9’30salió el crucero llamado NAVEGACIÓN TODO GLACIARES, en el que íbamos a ver el Glaciar Upsala desde muy lejos, y el Glaciar Spegazzini desde cerca.

El GLACIAR UPSALA se encuentra en el Parque Nacional Los Glaciares en la provincia de Santa Cruz de Argentina. Fue bautizado en 1908 por el geólogo sueco Klaus August Jacobson, en honor a la universidad sueca de Upsala, donde había realizado sus estudios. Este glaciar se origina en el campo de hielo Patagónico Sur (el mismo que da origen al glaciar Perito Moreno). Este es el tercer glaciar más largo del hemisferio sur; pero desgraciadamente actualmente se encuentra en retroceso.

El GLACIAR SPEGAZZINI es uno de los glaciares limítrofes entre Argentina y Chile; la sección inferior del glaciar se ubica en Argentina, en el departamento Lago Argentino de la provincia de Santa Cruz, y su nacimiento se encuentra en Chile, en la provincia de Última Esperanza de la región de Magallanes. Está protegido por los Parques Nacionales Los Glaciares y Bernardo O'Higgins; y también se origina en el campo de hielo Patagónico Sur. Su característica principal es la gran altura, que alcanza los 135 metros, convirtiéndolo en el más alto del Parque Nacional Los Glaciares y en uno de los más importantes. Debe su nombre al botánico Carlos Luis Spegazzini, quien fue el primero en estudiar la flora local. Este glaciar tiene la particularidad de no presentar signos de retroceso.

Iniciamos la navegación por el Brazo Norte del Lago Argentino, atravesando la Boca del Diablo con destino al Canal Upsala, navegando entre los grandes témpanos de hielo que se desprenden del Glaciar Upsala. El viaje hasta allí fue de unos 45 minutos, y una vez allí el catamarán hace una parada para que puedas ver esas moles de hielo bien cerca.














A lo lejos, el Glaciar Upsala













Luego ingresamos al Canal Spegazzini y tras media hora de viaje, hicimos otra parada, esta vez frente del GLACIAR SPEGAZZINI.















IMPRESIONANTE



En menos de media hora, alrededor de las 12’30 desembarcamos en La Base Spegazzini, allí un corto sendero nos llevó hasta el Refugio Spegazzini.


Y ya tiempo libre para comer, nosotros nos llevamos fiambre y pan para prepararnos allí mismo los bocatas; se puede comprar para comer allí, pero nosotros sólo compramos las bebidas.

Luego salimos a un trozo de playa acotado, desde donde disfrutamos de unas vistas inigualables de La Bahía de Los Glaciares, hasta que ya se hizo hora de irnos.




A las 2’15 salió el barco, en la vuelta ya no hizo ninguna parada, el viaje fue directo y llevó alrededor de hora y media. A la vuelta hacía bastante fresco, estaba nubladillo y eso se notaba, pero costaba despedirse de aquellos paisajes.



Fue otro día impresionante, navegar entre enormes témpanos de hielo y estar frente el Glaciar Spegazzini fue increíble. Al principio de la mañana hacía mucho frío, pero luego con el sol fue mejorando; la velocidad del catamarán era 40 km/h, cuándo estaba parado se estaba bastante bien, pero en marcha, era otra cosa completamente distinta.

Compramos ocho fotos impresas y las fotos digitales (aquí te las dan en USB), no recuerdo cuanto nos costaron, pero nada descabellado y es un buen recuerdo.













Llegamos al puerto alrededor de las 4 de la tarde, al bus, y en menos de hora y media llegamos a El Calafate; regresamos al hotel paseando tranquilamente.

Descansamos un poco, y Alfredo y yo nos fuimos a tomar una cerveza a La Zorra Taproom, un buen lugar para los amantes de la cerveza como nosotros.


Más tarde pasó el grupo a recogernos, y fuimos todos a cenar a Wanaco Tradicional Bar, allí el plato estrella es la hamburguesa de guanaco, pedimos cinco más acompañamientos (las hamburguesas las sirven solas), yo me pedí un sándwich, y también pedimos unas patatas bravas para compartir (normalitas); la cena, junto las bebidas y tres postres, nos costó 15.450 $ (salimos a casi 10 € por persona). La hamburguesa de guanaco no triunfó, queda seca y fibrosa (era previsible siendo un animal salvaje), pero no se quedaron con las ganas de probarla. En los postres yo me pedí a medias con Pepa, una copa de helado con licor de calafate y frutos rojos, que estaba riquísima.





Luego paseando tranquilamente al hotel, la noche era bastante buena, en aquellos momentos harían unos 6º o 7º.

Y con estos dos días tan impresionantes, nos despedíamos de El Calafate, otra etapa espectacular del viaje.

 

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