Día 11: Cataratas Argentinas, excursión Gran Aventura, y Paseo Luna Llena

Apuramos lo más que pudimos y pusimos el despertador a las 5’55, en media hora estábamos desayunando, y a las 7’10 nos recogía Wilson (el mismo chofer de ayer por la noche). Tras las aduanas, pasamos por otro hotel a recoger cuatro personas más; al final con los trámites aduaneros, tardamos cerca de hora y media en llegar.

El PARQUE NACIONAL IGUAZÚ, llamado popularmente «Cataratas del Iguazú», son un conjunto de cataratas localizadas en el río Iguazú, en el límite entre la provincia argentina de Misiones, el estado brasileño de Paraná y el departamento paraguayo de Ciudad del Este. En 2012 fueron elegidas como una de las «Siete maravillas naturales del mundo». El 80% de los saltos se ubican del lado argentino.

Iniciamos la mañana cogiendo el trenecito de las 9, que en 15 minutos nos llevaría a estación de la GARGANTA DEL DIABLO, desde la estación es una pasarela de 1.200 metros. La mañana a aquellas horas era fresca, pero por lo menos, al llegar a la garganta el viento nos era favorable y no nos mojamos; nos dijo Ramón (nuestro guía) que teníamos suerte, que muchos días el viento soplaba al contrario y te mojabas bastante.













Luego a medida que avanzaba la mañana la temperatura era más agradable, el resto de la mañana estuvimos recorriendo las pasarelas del CIRCUITO SUPERIOR; siempre acompañados por Ramón que nos explicaba un montón de cosas. Las vistas desde arriba muy bonitas.




















Sobre la 1 fuimos a comer, esta todo centralizado en el mismo sitio, con diferentes opciones, nosotros nos decantamos la mayoría por unas empanadas.

A las 2 se fueron los chicos a la excursión en barco GRAN AVENTURA, al final solo fueron ellos porque la verdad que el día no era excesivamente caluroso y no apetecía mucho mojarse. Salieron encantados, pero nos dijeron que nosotras habríamos pasado frío a la vuelta.


El resto del grupo con quedamos con Ramón, y continuamos la visita e hicimos parte de las pasarelas del CIRCUITO INFERIOR, también está muy bien, pero no puedes apreciar lo grandes que son las cataratas.





A las 4’30 ya nos juntamos todos de nuevo y regresamos hacia nuestros hoteles, la familia con la que compartimos el día, muy agradable, charlamos e intercambiamos opiniones de muchas cosas. El regreso nos llevó hora y media, lo de las aduanas es muy tedioso, y eso que nosotros no nos bajábamos, normalmente sólo bajan los conductores con todos los pasaportes. Llegamos al hotel a las 6 de la tarde.

Y a las 7 nos recogían de nuevo, para ir a cenar, y luego al paseo de la luna llena. En la aduana de Brasil, estuvimos escasos 15 minutos, pero en la de Argentina echamos 2 horas; el chofer desesperado, de vez en cuando pasaba a comentarnos que todo seguía igual; nosotros al principio algo fastidiados pensando que no llegaríamos a la cena, pero luego ya nos olvidamos, y pasamos a reírnos, porque total, era algo que no estaba en nuestras manos. Cuando regresó Wilson con los pasaportes, y dijo que evidentemente a la cena no llegábamos, pero podríamos llegar al paseo, hubo ovación.

Al final perdimos la cena, pero llegamos al PASEO LUNA LLENA, que comenzaba a las 9’30. Tuvimos tiempo de comer algo allí, unas empanadillas y unas patatas fritas, acompañadas de unas cervezas, que nos sentaron la mar de bien. Te llevan con el tren hasta la Garganta del Diablo (donde habíamos comenzado por la mañana), el paseo bien, una maravilla la luna llena, pero sí la gente no gritara tanto mejor, para poder escuchar los sonidos de la naturaleza. Hacía frío pero tampoco excesivo, donde más hacía era en el tren.



Acabamos a medianoche, y a la 1 ya estábamos en el hotel.

 

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