Día 10: vuelos a Iguazú

El despertador sonó a las 7’45, hoy tocaba día de aeropuertos, pues teníamos dos vuelos que coger. Dejamos las maletas preparadas y sobre las 9 bajamos a desayunar tranquilamente; luego hicimos el check-out y dejamos las maletas en recepción.

Parte del grupo nos fuimos al centro a dar una vuelta, para pasar el tiempo; entramos en INTENDENCIA PARQUE NACIONAL LOS GLACIARES, que es como un jardín, que además tiene cosas interesantes sobre los glaciares, pero está un poco descuidado.


La hora que venía a recogernos el transfer era las 11’40, llegaron 20 minutos antes, pero nosotros estábamos ya preparados. Era la misma guía y el mismo conductor de ayer, y va y nos dice que cuantas maletas, tuvimos que meter dentro la mitad, porque iba más gente y no cabían todas en el maletero; pero vamos que si venimos de Europa, lo normal es que llevemos cada uno su maleta. Este conductor y esta guía fueron los peores del viaje, los únicos a los que nos les dimos propina.

Una vez en el Aeropuerto de El Calafate, facturamos y luego comimos algo, unas empanadas bastante ricas y unos refrescos (6.900 $). Luego pasamos el control, muy ligero también, no miraron más que los móviles, ni botas, ni líquidos.

El primer vuelo era hasta Buenos Aires, su hora de salida era 13’35, inicialmente lo retrasaron 15 minutos, pero finalmente salió con 45 minutos de retraso; que era el tiempo que llevaba de retraso el que venía de Buenos Aires. Para nosotros no era mayor problema porque teníamos varias horas de escala.

Aterrizamos en el Aeropuerto Jorge Newbery, alrededor de las 17’15, en este aeropuerto no existe zona de conexiones, así que sales a la calle y entras de nuevo. Aquí fue un control más normal, pero por ejemplo no dijeron nada de las botellas de agua, pero claro, sí ellos van con las bolsas de mate, también es normal que no digan nada del agua.

Hambre no teníamos, pero mientras esperábamos el siguiente vuelo, compramos bebidas y bocatas para cenar más tarde (6.300 $). Nuestro vuelo con destino Iguazú salió en hora a las 20’10 y llegó al Aeropuerto Internacional Cataratas del Iguazú que está en Argentina, unos 15 minutos antes de su hora que era las 22’00. Cuando llegamos a recoger las maletas, ya estaban saliendo, y eso que hasta la zona de maletas es un recorrido de unos 5 minutos.

Al salir, encontramos rápidamente nuestro transfer, hasta el hotel teníamos unos 40 minutos de viaje. Al poco de salir llegamos a la aduna de Argentina, y luego a la de Brasil, aquí le pidieron al chofer que nos bajáramos, mostramos pasaportes y certificado vacunación COVID, y al bus.

Llegamos al hotel VIVAZ CATARATAS algo cansados, pero sobre todo hambrientos; el check-in se nos hizo un poco largo, preguntamos sí cambiaban pesos argentinos y nos dijeron que no, euros tampoco, solo admitían pagos en reales brasileños y tarjetas.

Luego nos reunimos en una habitación y cenamos los bocatas que habíamos comprado en el aeropuerto; previamente habíamos visto que en el hotel no había absolutamente nada abierto pasadas las 11 de la noche.

Alrededor de medianoche a dormir, mañana tocaba madrugón de nuevo.


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